Podium* abre un paréntesis en la obra fotográfica de M.Laura Benavente, presentando una serie de dibujos con gimnastas de élite como tema central. Contorsiones, movimientos exactos y precisos; el espectáculo del deporte transcurre en un escenario nítidamente iluminado para su mejor retransmisión televisiva donde la gimnasta es elevada a lo más alto del podium. Un espectáculo con cargas de teatralidad, en un panorama lleno de rituales y signos que hacen de su mundo una paradoja. El deporte como representación dramática, sobrepasa los límites de la estructura profunda de la práctica deportiva, debido a su exposición pública como espectáculo de masas.
*
El Triunfo de la Voluntad
“En la niñez vivimos, después sobrevivimos”
Anna M. Moix
Los años pasan y la infancia se nos antoja el momento más intenso e, idealmente, feliz de nuestras vidas. Todo nos recordará a esa edad temprana que, pese a los muchos cambios de nuestra trayectoria vital, nos determinará irremediablemente. Sin embargo, uno abandona la niñez cuando comienza a tener responsabilidades, asume un contrato social y, en el mejor de los casos, comienza a desarrollarse en aquello que, cree, es su destino. A partir de entonces, el viaje estará marcado por todo aquello que uno se haya propuesto conseguir, el lugar hacia el que se dirige, esto es, la llegada a una meta. Todo este trayecto se podría resumir en “photo-finishes” en las que, posiblemente, la felicidad sólo se represente en el ascenso en los puestos de un podio, mientras se doblega todo lo demás a un mero tránsito.
Si reservamos este destino competitivo y ambicioso para la edad adulta, ¿qué se aplaude en el triunfo en la infancia?. Mientras las líneas dibujan una figura escuálida, la personificación de una infancia adulta aparece. Niñas gimnastas que posan orgullosas de sus victorias, celebran el culmen de sus vidas y, sin embargo, parecen formar parte de un mundo en el que aparentemente no deberían estar. Todo ello presume de formar parte de una realidad excepcional a la que únicamente se accede a través de la dedicación absoluta, la disciplina, la sincronía y la perfección. Para nosotros, tras esta imagen de culminación parece esconderse la idea de que la felicidad sólo sea posible a través de la victoria, de que las gimnastas representadas sólo son aquellas que recogen un premio. De alguna forma, su premio es la prueba del honor y su condición de privilegio recuerda que para que haya ganadores, debe haber perdedores. El reconocimiento, aquello por lo que se lucha de por vida, sólo será alcanzado por estas niñas a través del triunfo.
El salto debe ser ejecutado. Las luces adornan los estadios repletos de desfiles, se dibujan fuegos artificiales en el cielo y la masa de la que sólo formamos una ínfima parte, de pronto deriva en formas y colores. La euforia llenará los corazones de miles de personas que, tras una pantalla enorme, observan a una niña de diez años haciendo un “perfect 10” y aplauden orgullosos. En ese momento, el fracaso nunca habrá existido y todos se unirán una vez más para celebrar el triunfo de la voluntad. Entre el clamor de la multitud emocionada, la niña se repondrá de su salto, hará su reverencia y, disimuladamente, se agachará y aliviará su tobillo, sabiendo que éste no durará de por vida.
(*)Podium puede verse desde el jueves, 09 de junio a las 19:00 h. en Chafiras Tenerife Gallery. (Carretera Santa Cruz-La Laguna km 4,5)
Tags: consumismo, espectáculo, identidad, masas, subjetivación, televisión